El supuesto “ateismo” de Richard Dawkins y su movimiento de Brights: puro odio antirreligioso y antiteísta contra los derechos humanos más básicos

La Declaración Universal de los Derechos Humanos (DUDH) es una declaración adoptada por la Asamblea General de las Naciones Unidas en su Resolución 217 A (III), de 10 de diciembre de 1948 en París, que recoge los derechos humanos considerados básicos.

Artículo 1
Todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos y, dotados como están de razón y conciencia, deben comportarse fraternalmente los unos con los otros.

religion_symbolsArtículo 2
Toda persona tiene los derechos y libertades proclamados en esta Declaración, sin distinción alguna de raza, color, sexo, idioma, religión, opinión política o de cualquier otra índole, origen nacional o social, posición económica, nacimiento o cualquier otra condición.

Además, no se hará distinción alguna fundada en la condición política, jurídica o internacional del país o territorio de cuya jurisdicción dependa una persona, tanto si se trata de un país independiente, como de un territorio bajo administración fiduciaria, no autónomo o sometido a cualquier otra limitación de soberanía.

En primer lugar, no se puede decir que yo sea una persona religiosa. No debería tener que decir esto, pero como el texto que sigue es anti-antirreligioso, supongo que a muchos (religiosos y antirreligiosos) les gustaría que aclarara este punto. Tampoco puede clasificárseme como ateo, sino más bien como agnóstico – creo que la validez de ciertas afirmaciones (como las referidas a teología, vida después de la muerte, existencia de dios, etc.) es desconocida, y que son de suyo imposibles de probar o rechazar.

En resumidas cuentas, mi “filosofía” es que dichas cuestiones no me interesan para mi vida cotidiana – si hay algo o ‘alguien’ después, genial; si no, pues también. Me interesa la Biblia lo mismo que cualquier otro texto religioso, al igual que pueden interesarme los textos de Marx, el Śruti hinduista o las afirmaciones de la social-democracia moderna. Sólo para cultivarme en los estudios culturales, para conocer lo que otros piensan y creen.

De hecho, cuando me encuentro frente al dogmatismo de intolerantes religiosos y antiteístas, veo a menudo ignorancia arrogante y atrevida. Como el eslogan del mal llamado bus ‘ateo’, “probablemente no existe dios”, como si esa probabilidad fuera mensurable… O como la manida mención jocosa del Monstruo del espagueti volador, cuyo uso es muy común en ciertas redes sociales contra cualquiera que se atreva a expresar sus creencias religiosas. Como ha dicho el astrofísico Martin Rees, sobre el ataque de Dawkins a la religión mayoritaria, la crítica es inútil, porque “esas cuestiones quedan más allá de la ciencia”. Yo habría dicho más bien esas cuestiones quedan simple y llanamente fuera de la ciencia.

La hermana de mi novia me compró el libro El espejismo de Dios por mi cumpleaños, para que leyera una crítica inteligente de la religión, porque sabe que a menudo critico las “tesis científicas” de la Iglesia sobre el comienzo y fin de la vida (aborto, eutanasia, etc.) y otras cuestiones. Después de leer algunas partes interesantes, busqué a Dawkins en la red, para descubrir su actitud radical y la de sus “Brights”, que tratan de sustituir el dogma religioso con un nuevo (viejo) dogma antiteísta – la historia repitiéndose, jugar un partido de fútbol con las opiniones personales. Estupendo.

Estoy de acuerdo con Dawkins en que los ateístas deberían estar orgullosos, y no pedir perdón, porque el ateísmo social es una señal de mente sana e independiente, y de que la educación es la principal herramienta para oponerse al dogma religioso y al adoctrinamiento“. E incluso podría coincidir personalmente con su frase irrespetuosa de que “muchos de nosotros [vemos] la religión como una tontería inocente. Puede que las creencias religiosas carezcan de toda evidencia pero, [pensamos], si la gente necesita un apoyo para consolarse, dónde está el daño?“. Sin embargo, la siguiente afirmación es ilógica y claramente apoya el odio antirreligioso:

El 11 de Septiembre lo cambió todo. Reveló que la fe no es una tontería inocente, que puede ser una tontería letalmente peligrosa. Peligrosa porque da a la gente una confianza iniquebrantable en su propia justicia. Peligrosa porque les de el coraje de matarse, lo que automáticamente borra las barreras normales para matar a los demás. Peligrosa porque enseña enemistad contra otros etiquetados sólo con base en su tradición heredada. Y peligrosa porque todos hemos cedido a un respeto absurdo, que solamente protege a la religión de la crítica normal. ¡Dejémonos ya de ser tan jodidamente respetuosos!

Nótese ese gran argumento del “11 S” y la inseguridad para justificar todo lo demás. ¿Puede ser que Dawkins se inspirara en esta escena de Padre de Familia?

Es lógico que gente inteligente y juiciosa – como Dawkins y muchos ateístas bienintencionados – tiendan a ser dogmáticos agresivos e irracionales cuando se enfrentan con la agresión y la irracionalidad de dogmáticos religiosos. Sucede a menudo en dialéctica, y difícilmente puede evitarse. Pero eso no es razón para mantener o incluso llevar la confrontación hacia una guerra abierta (primero verbal, luego quién sabe) apoyando un ateísmo anticlerical, antirreligioso y antiteísta. Debería ser siempre derechos humanos y tolerancia contra tiranía e injusticias, no opiniones contra opiniones.

En esta nueva guerra abierta de Dawkins y sus “Brights” (parecida al ateísmo de Estado de algunas dictaduras), el antiteísmo see disfraza cuidadosamente de universalismo enfrentado con el relativismo cultural, que es a menudo el argumento utilizado por aquellos que están en el poder en culturas (no religiones) para cometer violaciones de derechos humanos. La Cumbre Mundial de 2005, que siguió a la Cumbre del Milenio (2000) de la ONU, reafirmó la adhesión de la comunidad internacional a este principio:

La naturaleza universal de los derechos humanos y libertades fundamentales está fuera de toda duda

Se trata de un principio válido contra cualquier tipo de violaciones de los derechos humanos, ya sean justificados por la religión o por la antirreligión.

Podría escribir un libro intentando discutir los argumentos de Dawkins sobre la peligrosidad social de la religión, pero me ha convencido de que es completamente innecesario. Como él mismo dice (cuando se enfrentó a la afirmación de un teólogo de Oxford sobre su ignorancia en la teología cristiana), “¿acaso tienes que leer sobre leprecología para no creer en leprecauns (duendes)?”. Pues claro que no. Y sin duda que no tienes que leer propaganda de odio antiteísta para no creer en el odio antiteísta.

No creo que este post (o cualquier otro escrito) vaya a cambiar la postura de aquellos que ya han tomado partido – como anima a hacer Dawkins – para hacer de la opinión una simple cuestión de blanco o negro, correcto o incorrecto, pero acabaré con un ejemplo personal. Soy muy racional. Quizá demasiado racional. No siento ni creo en el “amor“. Para mí lo que los demás describen como “amor” no es más que otro intercambio voluntario, tan voluntario como comprar el pan para comer o leer un libro para aprender. Sin embargo, mucha gente ‘cree’ en ello (signifique lo que signifique); y en su opinión, el amor es probablemente el aspecto más importante de sus vidas.

Así que, incluso siendo “agnóstico” como soy respecto del significado o incluso existencia de eso llamado “amor”, de la misma forma en que lo soy respecto de la existencia de dios o de vida después de la muerte en que muchos creen, soy respetuoso y lo considero opiniones personales – tan personales como la necesidad de los ateos en creer que no existe dios. Pero, por qué no, también podría hacer lo mismo que Dawkins y fundar mi propio “movimiento de Brights”, comenzar flames por doquier sobre esos pobres ignorantes “creyentes en el amor” que no merecen ser científicos si creen (o más indignante, si afirman públicamente) sentirlo, escribir libros despreciando el amor y los amantes, crear una “Fundación para una vida racional”, haciendo bromas inventándome el “sentimiento del espagueti volador”, etc., y haciendo declaraciones irrespetuosas que me hicieran popular entre los que no creemos en el amor, como:

muchos de nosotros veíamos el amor como una tontería inocente. Puede que las creencias en el amor carezcan de toda evidencia pero, pensábamos, si la gente necesita un apoyo para consolarse, dónde está el daño? La violencia doméstica y especialmente la violencia contra la mujer lo cambiaron todo. Reveló que el amor no es una tontería inocente, que puede ser una tontería letalmente peligrosa. Peligrosa porque da a la gente una confianza iniquebrantable en su propia justicia. Peligrosa porque les de el coraje de matarse, lo que automáticamente borra las barreras normales para matar a los demás. Peligrosa porque enseña enemistad contra otros etiquetados sólo con base en sus sentimientos. Y peligrosa porque todos hemos cedido a un respeto absurdo, que solamente protege a la creencia en el amor de la crítica normal. ¡Dejémonos ya de ser tan jodidamente respetuosos!

Señor Dawkins y bienintencionados amigos de su “movimiento”: la vida debería ser un partido de fútbol “jodidamente respetuoso”, ya que es un juego complejo que no puede simplificarse con una filosofía barata del estilo “o conmigo o contra mí”. Si combates a los hooligans con violencia, entrando en el juego dogmático, puedes convertir la vida en un (innecesario) campo de batalla. Es muy triste ver cómo muchos religiosos se esfuerzan hoy por relacionarse entre sí y respetar los derechos humanos, mientras muchos ateos modernos se convierten en creyentes intolerantes y dogmáticos en la no existencia de dios y en la naturaleza malvada de la religión…